domingo, 10 de marzo de 2013

Emergencia fallida.


Ayer en la noche intenté reportar un incendio; el cerro cerca de mi casa lleva días quemándose y no quería seguir sin hacer nada.

Llamé al 171; tuve que esperar MÁS DE UN MINUTO Y MEDIO. En ese tiempo, en una emergencia personal, probablemente estaría muerta:

Si fuera un ataque al corazón, hubiera estado muerta tirada en el piso. No hubieran rastreado mi número y jamás habría llegado una ambulancia a mi lugar.
Si fuera un secuestro; probablemente el secuestrador ya me habría encontrado escondida en mi clóset, me habría matado.
Si fuera un incendio en mi casa, ya el fuego habría llegado a mi puerta o se habría consumido más de la mitad de mi hogar.

En definitiva, en ese maldito minuto y medio que tardaron en atender (no en llegar, en atender): estaría muerta. Por culpa de su ineptitud, mientras esperaba y escuchaba una música de fondo, que ocasionalmente era interrumpida por una voz femenina que decía: usted está en un sistema de cola, su emergencia será atendida; no cuelgue, mantenga la calma.

Al atenderme, dije que quería denunciar la falta de actividad de los bomberos; que había un incendio en un cerro cerca de mi casa y que llevaba días así. Me colgaron.
Intenté llamar una segunda vez; la segunda vez tardaron 1 minuto con 40 segundos. Contestaron, después de varios “¿hay alguien allí, tengo una emergencia?” de mi parte, volvieron a colgar.

Llamé una tercera vez, pasados unos veinte minutos. Tardaron DOS MINUTOS Y CINCUENTA SEGUNDOS EN CONTESTAR, suficiente tiempo para que estuviera muerta. Sucedió lo mismo que en el primer caso.

¿Y si me hubiera muerto por esa ineptitud, alguien habría dado respuesta ante eso? Por supuesto que no. Estoy totalmente indignada.

No es la primera vez que escucho de algo así:

Mi hermana mayor, Oriana, presenció un secuestro; vio como una chica se acercaba a un carro y era halada, por unas manos que supone ella eran de un hombre, hasta el interior. Anotó el modelo, color y placa; llamó a emergencia con todos los datos y ellos le dijeron: lo siento, no podemos hacer nada.

Podrían haber hecho muchas cosas. Como mínimo, avisar a todas las alcabalas alrededor de que chequearan a todos los carros y de que estuvieran pendientes del modelo en cuestión. Además, se supone que ellos deberían tener un sistema automatizado, para saber el dueño del vehículo y así encontrar a la chica.
Pero no, no hicieron nada. Ni siquiera intentaron hacer algo por esa chica, que de pronto está muerta. Actuaron como si su vida no estuviera en riesgo o, lo que es peor, no valiera nada.

Ya ni siquiera los servicios de atención a emergencias te escuchan. ¿Alguien ha denunciado eso?
No entiendo porqué no hay alguien, una persona común, que ante cualquier canal abierto, globovisión o incluso Tves, diga todo esto. Ni siquiera lo leo con frecuencia; los venezolanos nos estamos acostumbrando a estar indefensos ante un sistema tan cruel ¡y no debería ser así!

Sé que hay mucha gente deseosa de pararse, decir la realidad y de detener esto. El pueblo es la fuerza del país y ya es hora de que vaya abriendo los ojos.

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