miércoles, 13 de marzo de 2013

De la feminidad.


Hoy, día cercano a mi cumpleaños, quise salir un poco del tema político, en mi blog, y hacer una reflexión respecto a la feminidad.

Feminidad. (Der. Del adj. Ant. Feminino, con haplología). Cualidad de femenino.
Cualidad. (Del lat. Qualitas, -atis). F. 2. Manera de ser de alguien o algo.

Podría decirse que la feminidad es aquello que pertenece a un rasgo de la mujer. Mucha gente cree que se es menos femenina, o niña en mi caso, por tener algún rasgo atípico, en esta época, en la mujer. Si consideramos el significado directo de la palabra, no se describe como alguien femenino quien posee,  o no, una simple característica; es un conjunto de varias.

La cualidad es simplemente la personalidad o el “actuar” de una persona.

¿Qué quiero dar a entender?
Hoy, en el colegio, me preguntaron por el rapado; es constante que me pregunten por mi corte asimétrico, asociándolo de manera errónea con otras características, como mi sexualidad o mis preferencias musicales, cuando no es otra cosa que una expresión de mi personalidad. Antes, la pregunta era: “¿por qué llevas el cabello tan corto? Qué horror”. En parte es irónico, hace años el cabello corto era LA MODA, y era super femenino llevar unas ondas super cortas y marcadas.

Mi principal molestia es cuando alguien dice: “Isabella no es casi niña: no usa zarcillos, lleva el cabello corto ¡Casi ni es mujer!”.  También me molesta cuando se dice eso de una chica que tiene pocas “curvas”.
La feminidad es una actitud; no es usar falda, el cabello largo o zarcillos. No es que te pongas, es simplemente como actúas y como te sientes con respecto a ti y a tu cuerpo. Hay hombres femeninos, porque así lo desean o porque tienen rasgos delicados.

En el sentido concreto, es erróneo pensar que una chica es menos mujer que otra porque no use vestidos o el cabello largo.  Es igual a pensar que un humano es menos humano porque le falta una pierna.
El largo de tu fibra capilar muerta, cabello, no puede definir tu  identidad sexual. Así de simple.

domingo, 10 de marzo de 2013

Emergencia fallida.


Ayer en la noche intenté reportar un incendio; el cerro cerca de mi casa lleva días quemándose y no quería seguir sin hacer nada.

Llamé al 171; tuve que esperar MÁS DE UN MINUTO Y MEDIO. En ese tiempo, en una emergencia personal, probablemente estaría muerta:

Si fuera un ataque al corazón, hubiera estado muerta tirada en el piso. No hubieran rastreado mi número y jamás habría llegado una ambulancia a mi lugar.
Si fuera un secuestro; probablemente el secuestrador ya me habría encontrado escondida en mi clóset, me habría matado.
Si fuera un incendio en mi casa, ya el fuego habría llegado a mi puerta o se habría consumido más de la mitad de mi hogar.

En definitiva, en ese maldito minuto y medio que tardaron en atender (no en llegar, en atender): estaría muerta. Por culpa de su ineptitud, mientras esperaba y escuchaba una música de fondo, que ocasionalmente era interrumpida por una voz femenina que decía: usted está en un sistema de cola, su emergencia será atendida; no cuelgue, mantenga la calma.

Al atenderme, dije que quería denunciar la falta de actividad de los bomberos; que había un incendio en un cerro cerca de mi casa y que llevaba días así. Me colgaron.
Intenté llamar una segunda vez; la segunda vez tardaron 1 minuto con 40 segundos. Contestaron, después de varios “¿hay alguien allí, tengo una emergencia?” de mi parte, volvieron a colgar.

Llamé una tercera vez, pasados unos veinte minutos. Tardaron DOS MINUTOS Y CINCUENTA SEGUNDOS EN CONTESTAR, suficiente tiempo para que estuviera muerta. Sucedió lo mismo que en el primer caso.

¿Y si me hubiera muerto por esa ineptitud, alguien habría dado respuesta ante eso? Por supuesto que no. Estoy totalmente indignada.

No es la primera vez que escucho de algo así:

Mi hermana mayor, Oriana, presenció un secuestro; vio como una chica se acercaba a un carro y era halada, por unas manos que supone ella eran de un hombre, hasta el interior. Anotó el modelo, color y placa; llamó a emergencia con todos los datos y ellos le dijeron: lo siento, no podemos hacer nada.

Podrían haber hecho muchas cosas. Como mínimo, avisar a todas las alcabalas alrededor de que chequearan a todos los carros y de que estuvieran pendientes del modelo en cuestión. Además, se supone que ellos deberían tener un sistema automatizado, para saber el dueño del vehículo y así encontrar a la chica.
Pero no, no hicieron nada. Ni siquiera intentaron hacer algo por esa chica, que de pronto está muerta. Actuaron como si su vida no estuviera en riesgo o, lo que es peor, no valiera nada.

Ya ni siquiera los servicios de atención a emergencias te escuchan. ¿Alguien ha denunciado eso?
No entiendo porqué no hay alguien, una persona común, que ante cualquier canal abierto, globovisión o incluso Tves, diga todo esto. Ni siquiera lo leo con frecuencia; los venezolanos nos estamos acostumbrando a estar indefensos ante un sistema tan cruel ¡y no debería ser así!

Sé que hay mucha gente deseosa de pararse, decir la realidad y de detener esto. El pueblo es la fuerza del país y ya es hora de que vaya abriendo los ojos.

sábado, 9 de marzo de 2013

El circo del absurdo.


Cualquier analista político ocupa su vida entera estudiando el sistema político de nuestro país y su evolución.
No se trata solamente de la actualidad; a lo largo de nuestra historia hemos tenido transiciones del poder bastante turbulentas. Somos un país dividido, y eso no es nuevo.

Venezuela ha observado muchos abusos del poder. Tenemos una larga lista de dictadores, caudillos y pseudo-demócratas que han gobernado, o intentado gobernar, al país.

Ayer en la noche, en la juramentación de Nicolás Maduro, pude observar cómo se aplaudía un golpe de estado; como hacían de eso una fiesta. No hay que ser analista político ni abogado, de hecho ni siquiera hay que ser bachiller (y que yo sepa, Maduro es bachiller ¡y hasta fue sindicalista, no olvidemos ese logro!), para leer los artículos de la constitución que se refieren a la falta absoluta del presidente (la cual, por cierto, se presentó bastante antes del  5 de Marzo).

Los artículos 233, 229 y 230 son bastante claros:

El presidente está muerto, falta absoluta; como era el inicio de su periodo le toca al presidente de la Asamblea. El presidente jamás se juramentó, JAMÁS.
En ese caso, para ser elegido presidente, Maduro debe renunciar a su cargo de vicepresidente de Venezuela.

Considerando que el Tribunal Supremo de Justicia, en un acto anti-constitucional, por un “principio de continuidad” declaró que no importaba que el presidente Chávez no se juramentara, que igualmente era presidente en su nuevo periodo. Pues podemos asumir, EN ESE ACTO ANTI-CONSTITUCIONAL, que le toca a Maduro. De ser así, el igualmente debe renunciar al cargo y por ende el presidente encargado es el presidente de la Asamblea Nacional.

Legalmente el presidente encargado debe ser el presidente de la Asamblea Nacional; porque ningún acto anti-constitucional TIENE VALOR. Además de eso, el vicepresidente debe renunciar a su cargo público, así como debe hacerlo el candidato de la oposición.

La constitución no tiene interpretaciones, mucho menos para favorecer partidismos. Si yo puedo comprenderlo fácilmente, con la simple ayuda de Google, ¿no van a poder hacerlo el resto de los venezolanos? Realmente no se necesita mucha educación, basta con que alguien intente explicártelo en palabras simples.

El Tribunal Supremo de Justicia está encargado de establecer el orden de los poderes, rigiéndose únicamente por la constitución. ¿Acaso los actos del TSJ, en los últimos meses, han sido constitucionales? Sin contar los pasados, viendo nada más lo inmediato.

Siento pena por la ignorancia de mi país, del gobierno y por la falta de las garantías constitucionales.

El gobierno se está aprovechando de la ignorancia del pueblo. Eso siempre será así; la única arma que tienen las personas contra los abusos de poder ¡es el conocimiento de las leyes y la verdad! No podemos dejar que pasen por encima de nuestra constitución.

Si dejamos que siga este anarquismo político, mañana podrían decir que ese artículo de la constitución que dice que todos tenemos derecho a la libertad y a la vida, no vale nada. Así que pueden decidir quién está preso y si quieren o no matar a alguien.

Es hora de que nos rebelemos ante las injusticias; de manera inteligente y correcta.
Reflexionemos, ¿es eso lo que queremos para nuestro país?

viernes, 8 de marzo de 2013

Día de la mujer.


Antes que nada:
El feminismo es una postura que busca la igualdad del hombre y la mujer; no busca interponer a la mujer ante nada. Mismos derechos y mismas responsabilidades.
El hembrismo es una postura como el machismo: antepone un género. Muchas “feministas” pecan de hembristas cuando argumentan la “superioridad” de la mujer o se sienten gravemente insultadas ante la mínima situación que ponga a una mujer en un estado “inferior”.

A pesar de que es irónico que un día que busca conmemorar un movimiento femenino en pro de la igualdad entre hombres y mujeres (por medio del trabajo) tenga un día especial, es bastante positivo.

Este movimiento buscaba los mismos derechos laborales y constitucionales para las mujeres; aspectos que involucraban desde la igualdad del salario como el derecho al sufragio (voto). Estas revoluciones empezaron con, la tan nombrada, Revolución Francesa. A pesar de que hay mujeres en la historia dignas de ser ejemplos, Hipatia por ejemplo, no es sino hasta la Revolución Francesa que las mujeres se unen para buscar un fin común: igualdad.

La fuerza física del hombre lo ha hecho imponerse ante el llamado “género débil”; es comprensible el machismo como medio de supervivencia, pero en pleno siglo veintiuno seguimos teniendo una cultura machista y cruel. El machismo incluye cosas que van desde el repudio a la homosexualidad hasta la condena de la mujer  como “ama de casa”.

Los hombres se siguen sintiendo ofendidos, por lo menos en Venezuela, si su esposa gana más; son llamados chulos si son mantenidos, como si ellos no pudieran ser “amos de casa”. Hay mujeres que se sorprenden incluso cuando se enteran que vivo sola con mi padre, lo que significa que el cocina y limpia todos los días.

Lamentablemente vivimos en una sociedad donde es común ver como la mujer se pelea con la amante por “su hombre”, como esas “picardías” no importan porque es “normal”.
Hoy es un día para buscar igualdad.

Eso también significa igualdad de responsabilidades:
La próxima vez que salgas con el chico que te gusta, o tu pareja, paga tú. Sin que eso sea algo especial, con naturalidad.
No esperes que él gane más.
Las tareas del hogar las pueden dividir, y a pesar de que hay que agradecer los detalles: es algo normal.

Chicas, no esperen caballerosidad de un hombre si ustedes no tienen esos detalles coquetos. Nadie puede tener más derechos si no puede llevar responsabilidad. Una mujer con los derechos de un hombre no debe depender de él (OJO, esto no significa que no puedas ser ama de casa, no tiene nada que ver).

Feliz día a todas las mujeres que saben que ser libres es tener responsabilidad. ¡Maravillosas y dichosas ustedes, que no dependen de nadie!

Tolerancia; acción y acto de tolerar.


Tolerancia (del  latín tolerantia). F. 2. Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a la propia.

En estos últimos días he visto una falta de tolerancia bastante grande; entiendo que se deba a la situación del país. La tensión de estos últimos días hace que los ánimos estén en ebullición.

Yo también he pecado de intolerante; mi blog, testigo de los cambios en mi carácter, da fe de ello. Muchas veces, estando cansada y decepcionada, he sido intolerante con el pensamiento ajeno. Por suerte ahora, en un momento de calma, me doy cuenta de que los venezolanos necesitamos una dosis de tolerancia.
Como están diciendo todos: antes de ser de oposición o chavistas, de ser adecos o copeyanos, antes de todo eso: somos venezolanos.

Una prueba de la intolerancia, de ambas partes, son esos dos últimos comentarios de odio hacia mi persona. Pretendiendo insultarme me insinuaron que soy homosexual (argumento que no anula mis reflexiones; además de que no es un insulto, es una sexualidad) y dijeron que soy puta.

Me parece triste que yo me tome el tiempo de escribir y redactar correctamente una reflexión de mi parte, cosa que no se hace en cinco minutos,  y alguien que quiere “rebatirlas” pretenda hacerla por medio de “insultos” mal escritos.
Si tienes un argumento para debatir con mi persona, estaré muy feliz de recibirlo y de discutirlo. Yo creo en la libertad que tenemos todos de expresarnos, pero no veo necesario que en mi propio espacio de expresión  me insulten.

Tolerancia amigos; porque Venezuela es una república.

Respiren profundo, amigos. Sin la diversidad que hay en el mundo, no podrían surgir nuevas ideas. El cambio es bueno, pero para que haya cambio: debe haber tolerancia. Tenemos que dar el ejemplo, por medio del respeto y la solemnidad.

miércoles, 6 de marzo de 2013

14 años perdidos.


Cuando veo la Cadena Nacional, que lleva horas ya el día de hoy, me siento indignada y triste.

Parece mentira que esas personas sigan en tal ignorancia, que hablen de que se erradicó la pobreza viniendo de un rancho; el adorar tanto a alguien es una enfermedad, esa gente ilusionada es peligrosa.

Ignorando eso (haré un análisis más profundo después).

Yo tengo quince años; en mis quince años he hecho varias cosas, casi yo sola. Estoy a punto de obtener mi título de bachiller, me gradué de primaria, aprendí a leer… He tenido ayuda, pero he logrado cosas efectivas y que me llevan a un progreso tangible.
Escucho a la gente hablar y dicen que Chávez les dio un ideal, una idea; él sembró la semilla en ellos, la semilla de la “revolución”. 

¿Catorce años y no logró más nada? No hay progreso tangible, solo hay miseria e ignorancia; todo ese tiempo y no logró construir su paraíso. Han pasado los años y ese hombre que tanto adoran logró sembrar una idea, llena de ignorancia, y destruir al país. Tenía el dinero, la idea, las personas... Pero no logró nada. Fue un inútil, una perdida de tiempo, una involución (como diría mi querida hermana Oriana).

Catorce años son iguales a una niña como yo (que tengo casi 16, no es mucha diferencia). Soy un ser pensante y con logros; esos catorce años perdidos los puedo representar yo.

No logró nada, pero allí están las personas ilusionadas, gritando su amor por él, quien jamás los escuchará.

Hablan de que todos amamos Chávez; cuando muchos estamos más cerca es del desprecio. Chávez murió, nos dejó un ideal vacío, y no veo porqué hay que seguir adorandole.  Por más que para mí sea un sinsentido, es la realidad que vivimos y debemos enfrentarla.

Estoy convencida más que nunca de que Venezuela necesita de muchas personas capaces y decididas. Este cáncer político y social debemos curarlo. Yo soy parte del futuro que va a cambiar las cosas, porque soy de los que ve que esto  es una enfermedad peligrosa.

martes, 5 de marzo de 2013

+155.788 muertos anónimos, ¿Qué nos queda a los demás?


Hoy murió el presidente de mi país, Hugo Rafael Chávez Frías.
                
Para mí, no hay celebraciones; no celebraré la muerte de ningún ser vivo, por más daño que haya hecho al mundo, porque ya perdió lo más importante que tenemos todos: la vida.     

Mis críticas a este gobierno serán las mismas; seguiré siendo opositora al régimen que nos imponían secretamente, también continuaré pensando que este gobierno es un cáncer en la política de Venezuela, y como acabamos de ver hoy: curar el cáncer no es fácil. Ni con los mejores médicos, traídos desde otros países hasta Cuba, el presidente logró vencerlo; eso también es una lección.

Para mí tampoco hay luto; las estadísticas dicen que son más de 155.788 asesinatos en Venezuela estos últimos años.


Allí no se cuentan los secuestros, las familias que se fueron del país, las que se murieron de cáncer (o cualquier otra enfermedad) por falta de un buen servicio de salud pública. No se cuentan esos niños que murieron al nacer en esos hospitales poblados de enfermedad. ALLÍ NO SE CUENTA LA INFELICIDAD, LA DESGRACIADA Y EL DOLOR DE UN PUEBLO MERMADO.

Venezuela queda con otros cientos de miles de muertos, por muchas razones.

Yo seguiré mi vida; mañana me gustaría asistir a mis clases y me vestiré de los colores que desee. Cantaré el himno Nacional sin mayor solemnidad que la de siempre, haciéndolo para honrar a mi país y no para un muerto de días. Lo haré así porque cuando esos cientos de miles de personas murieron, así lo hicieron los mandatarios del gobierno.

Si bien hay que dar el ejemplo, no daré más que el respeto que merece esto; viéndolo todo como una obligación, un acto de estado.

Yo no estoy de luto; porque toda Venezuela NO ESTUVO DE LUTO cuando esas personas murieron.

¿Acaso ellos valen menos? Eran personas, con familias, con sueños, deberes y derechos; muchos eran incluso partidarios del gobierno, aunque eso no cambia nada.

Para mí,  sucedió algo que podía predecirse.

Yo no siento tristeza más allá de por mi querida Venezuela.
Y solo siento temor porque aparentemente la población no ha aprendido; siento temor por el futuro de mi país.

Ojalá hayamos aprendido; mientras tanto, yo, Isabella Urdaneta, continuaré pensando lo que siempre he pensado. Esto no es más que un capítulo más en la triste historia de mi país.
Mi pésame a quien se sienta sufrido; mi apoyo moral a aquellos que, como yo, estamos expectantes y temerosos.

Fuerza Venezuela; nosotros somos más que ese líder que nos quisieron imponer.