Agradecimiento.

Según la Real Academia de la lengua Española:

Agradecer. (De gradecer). Tr. Sentir gratitud.

Gratitud. (Del lat. Gratitudo). F. Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera.

Si analizamos esto entendemos que agradecer no es solo valorar un favor que se nos ha hecho, o intentado hacer, sino que también conlleva el corresponder a ello de alguna manera.

Más que una norma de educación, la gratitud es una manera de mantener constantemente una cadena de actos positivos. Siendo agradecido, recibes a su vez algo.

Agradecer es tan importante como pedir las cosas de manera correcta, o incluso más; por eso es que hay que agradecer siempre. No importa si le agradeces a algún Dios, a la vida, al universo, a una persona. Lo más importante es estimar los actos y los acontecimientos, porque de esa manera serán valorados los propios.

El conocimiento individual

Me molesta mucho cuando una persona desdeña el conocimiento de otra persona sobre una materia simplemente porque lo considera "pobre".

Ciertamente considerando todos los saberes que debe haber en el universo, el conocimiento individual de una persona es bastante reducido pero no por eso es menos importante.

Hay una parábola, si no me equivoco proveniente de la India, al respecto:

"Una noche un rey soñó con que se encontraba en un hermoso jardín, como el de su palacio; era un jardín sumamente rico en aromas. En el sueño el rey se preguntaba de donde venían tantos aromas deliciosos, debido a que a pesar de que su jardín era igual de rico, no tenía el mismo olor. Caminando, en su sueño, descubrió que el magnifico olor provenía de un lago cristalino.

Al despertar, el rey, decidió hacer realidad su sueño; como él no tenía una fortuna lo suficientemente grande como para llenar de perfume el lago de su reino, pues decidió invitar a las personas a un festejo, indicandoles a todos su proposito; las personas para asistir solo debían llevar una botellita de perfume.

El rey hizo que todas las personas vertieran su perfume en el lago, esperando notar aunque fuera un leve cambio de olor; en cambio se dio cuenta de que todo el lago olía exactamente igual que al principio.

El rey, contrariado, probó un poco del agua y se dio cuenta de que esta seguía siendo eso mismo: agua pura y cristalina. Nadie había llevado realmente perfume, creyendo que siendo tan poco lo que podían ofrecer, no haría ninguna diferencia".