jueves, 11 de abril de 2013

Operación: adiós a tu cédula. La nueva odisea venezolana.


Cada día estoy más decepcionada de los órganos legales de mi país. Esas personas que, se supone, están encargadas de defender nuestras garantías constitucionales, no hacen más que favorecer el partidismo político y demostrar que la corrupción es la bandera de los tan llamados “rojos”.

El día de la caminata nocturna, en Caracas, a mi hermana le hurtaron el monedero; allí no tenía más que sus documentos personales. Al estar tan cerca las elecciones, y para no andar indocumentada, le dio prioridad a su cédula. Empezó buscando un operativo de cedulación en la ciudad donde vive, San Juan, al no encontrar ninguno se dirigió al SAIME de allí; le dijeron que no había sistema, así que espero desde las 8 a.m hasta las 2 p.m. No pudo sacar su cédula.

De nuevo en Caracas, buscó un operativo; terminó en el SAIME de Los Ruices, donde le dijeron que era un requisito tener la copia de su partida de nacimiento (a pesar de que no te lo informan en la página web, y de ser un documento que sólo te solicitan al sacar por primera vez tu cédula). Luego fue a un  operativo en el Parque del Este, allí le dijeron que aquellos que tenían un número de cédula superior o igual a 22 millones, tardarían en obtenerla entre 15 y 20 días. Volvió a intentar en el SAIME de Los Ruices, allí llegó a las 9 a.m, le dijeron que sería atendida en dos horas y obtendría su cédula, de no haber problemas con el sistema; después de esperar hasta las 2 p.m, debido a que estaban cedulando unos presos (a quienes le entregaron la cédula de manera inmediata) fue atendida, allí verificaron sus datos y le dijeron que por la hora fuera a buscar su cédula mañana. Se quedaron con una copia de su cédula de identidad y una de su partida de nacimiento.

Al llegar allí al día siguiente, la mandan a otra oficina; le dicen que cayó en algo llamado “flujo operacional”, que se debe a que las huellas dactilares que dio no coinciden con las del sistema. Ella ahora debe enviar una copia de su partida de nacimiento y otra de su cédula, para que sean enviadas a la central y dentro de 10 días hábiles, más o menos, le entreguen su cédula de identidad.

Quiero repasar un artículo de la constitución; hay muchos por los cuales podemos concluir que esto es un acto totalmente inconstitucional, pero este es uno de los principales:

Artículo 62: Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica.

Allí se habla de “obligación del estado”. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que siendo la cédula un documento primordial para ejercer el derecho al sufragio (art. 63), ellos tienen el deber de hacer de la operación de cedulación  un sistema eficiente y rápido, más en las cercanías de las fechas electorales. 

Comúnmente es una operación instantánea: haces la cola, cumples un proceso de no más de veinte minutos y te imprimen tu cédula.

Así ha sido desde siempre; maravillosamente, de la noche a la mañana, mi hermana (quien figura como testigo de mesa de la oposición) debe sufrir una odisea para tener un documento primordial, que le debe ser otorgado por derecho. Eso no me suena a que el estado le está facilitando el proceso.

¿Hasta cuándo nos vamos a calar estas inconsistencias?

Yo estoy harta de ver cómo todos nuestros órganos legales, o mejor dicho ilegales, pasan por encima de nuestra constitución. Esto lo hacen apropósito, roban las carteras para quitarles a las personas el único documento necesario para votar.

Señores, ¿por qué esto no es noticia? Me corto una mano, así de fatalista, a que esto no le sucedió sólo a mi hermana. La impotencia que se siente al saber esto, y no sólo porque es mi hermana, va unida a la desesperación de que la gente del mundo se entere. Reclamemos, gritemos y marchemos, ¡porque no nos podemos quedar sentados! Mi hermana y todos los venezolanos indignados, así como yo en persona, debemos de hacer que la gente sepa lo que hace nuestro gobierno.

Cuiden sus carteras, porque ahora los rojos están intentando, por todos los medios, quitarnos votos.

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