sábado, 30 de julio de 2011

Ya no es miedo al amor, ya no hay miedo al olvido...
Ahora hasta un niño parece saber más que los adultos...
Todos viven más rápido, exploran antes... Ya nadie entiende lo especial de la inocencia, ya nadie aprecia el brillo de los ojos...
Ahora tus ojos son marrones, antes eran "chocolate liquido, cual el que me preparaba mamá" "avellanas claras y dulces, como las de navidad" "castañas, de esas con las que el abuelo cubría su pastel" ...
Pero no, ahora son marrones...
O verdes, ya no son "esmeraldas liquidas, cual preciosas joyas" "manto salado de mar verdusco" ...
Amarillos capaz, ni "miel, como la que cubría mis panquecas en las mañanas"...
No, ahora nadie tiene la inocencia, ni entiende el brillo de los ojos, ni tiene hermosas poesías para el profundo color...
Y es que no hay miedo, sin miedo vives más rápido... Si vives más rápido con el paso del tiempo ya no tienes nada que vivir y allí pierdes la emoción... Sin emoción por lo nuevo, no hay inocencia...
Ahora solo hay miedo al miedo.
Estoy divagando.

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