viernes, 21 de febrero de 2014

Politiquería

Qué triste es que mi país se vea envuelto en acontecimientos violentos y repulsivos, qué triste que un blog que en origen era literario termine siendo uno de los pocos medios de expresión que tiene un estudiante.

Esta vez escribo inconforme, no con el gobierno oficialista nada más, sino con los políticos de mi país. Escribo para desahogar la rabia que me dan los actos, patéticos e insuficientes, de los representantes de oposición.

No hablo de todos, no; pero sí de una cantidad de personas cómodas en sus puestos, en la seguridad de su máscara, que se dedican a pronunciarse con pocos tuits y que no hacen mayor cosa que esa: condenar en ciento cuarenta caracteres los actos mas inhumanos que se han visto en mucho tiempo.
Y es que yo quiero que ellos me expliquen, a mí y a toda la masa electoral que confío en ellos, ¿por qué tienen miedo de salir a marchar, por qué el mayor de sus actos es un pésame mal dado?

No entiendo de excusas; actos insuficientes, de cualquier bando, los etiqueto de ineptitud. Que envíen ambulancias, que denuncien lo ocurrido a los organismos internacionales, que ayuden a las familias más afectadas... ¡Pero que hagan algo!

¿Por qué debo creer que por su importancia no deben salir, vale su vida más que la de cualquier estudiante? Los jóvenes salen, tienen la valentía de arriesgarse ante una bala, ante un gobierno injusto... ¿Y debe este conformarse con que su representante político se esconda en su puesto y no haga nada para ayudarle?

¡No, basta de ineptitud!
Condeno, como venezolana, a todo aquél hombre que, dedicándose a la política como profesión, no haga nada para defender, o ayudar, a los que cumplen sus derechos.

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